Lo sabemos, lo decimos nosotros y hasta lo confirma la ciencia mediante sus estudios y encuestas. Los dos mayores placeres que hay en la vida son el sexo y la comida o la comida y el sexo.
No se encuentra muy claro el orden de prioridades que varía de una persona a otra. Tanto es así que se ha jugado con el chiste de que el mayor sueño de una mujer no es hallar a su príncipe azul sino el encontrar el secreto de comer sin engordar. Si se consiguiera, más de uno engulliríamos sin límites. Además siempre ha existido relación entre el sexo y la comida y, si no, atento a los detalles: condones con sabores, una buena cena previa a la relación sexual o un suculento desayuno tras el acto. Tanto el sexo como la comida llegan a obsesionarnos.
En ambos nos gusta echarle imaginación y dedicación De ambos presumimos ser maestros o, al menos, lo intentamos. Y los dos, la comida y el sexo, son necesidades fisiológicas de todas las especies. A las las escorts de Barcelona les gusta jugar con la comida. Seguramente lo habrás escuchado de niño y te hayas llevado más de una regañina de tu madre porque, “con la comida, no se juega”. Pues te engañaron. Con la comida sí se juega y, además, resulta muy divertido y excitante. Las posibilidades son infinitas; solo necesitas conjugar imaginación, tus preferencias culinarias, un voraz apetito y un cuerpo humano. Eso sí, no hacen falta platos ni cubiertos. La vajilla de esta comida la conforman vuestros propios cuerpos.
A fin de cuentas, en el acto de comer y en el del sexo nos comportamos igual: en ambas acciones, alimentarse y procurarse placer sexual, usamos boca, labios, dientes, lengua y manos. Lamer, morder, succionar, relamerse, olfatear constituyen acciones innatas en todo ser humano mientras se alimenta o se disfruta con la pareja en el sexo. Hay quienes han unido y llevado estas obsesiones tan placenteras a su máxima esencia, lo que ha originado una tendencia fetichista en materia de sexo: el splosh. Este juego erótico consiste en verter comida encima del cuerpo. En contra de lo que pudiera parecer, no se trata de una tendencia nueva, sino que existe desde 1989, año en el que una revista británica publicó sobre ella. Aseguran que ni siquiera se necesita llegar al coito para alcanzar el orgasmo, ya que la mayor excitación consiste en sentirse húmedo y sucio por la comida.
Aunque el gusto personal es el que manda, existen una serie de alimentos especialmente recomendados, como el chocolate líquido, el helado, la miel, el dulce de leche, la nata, la crema y la fruta, todo cuanto sea fácil de comer y no demasiado pringoso. Los más exquisitos pueden probar también el caviar o la vainilla. Queda a gusto del consumidor, siempre y cuando el lugar escogido para tan original encuentro amoroso no os importe que se ensucie, ya que esto interrumpiría la magia. Quienes lo han probado recomiendan la experiencia. Aunque se deben tomar algunas precauciones: no usar bebidas alcohólicas, sustancias picantes o calientes, ni colocar comida dentro del sexo, porque podría originar daños o infecciones.
El uso de la comida estimula y hace más apetecible la práctica del sexo oral. Condones y ropa comestible, con sabores o aceites y cremas de masaje con aromas deliciosos se tornan un aperitivo para invitarnos a probar el sexo junto con nuestro otro gran placer: la comida. ¿
Te apetece probar la experiencia? Las escorts Barcelona te ofrecen lo mejor, para dar gusto a tu cuerpo, a tu paladar y a tu imaginación.