Es en los genitales donde con mayor evidencia se manifiestan la excitación y el placer sexual. Pero, ni mucho menos, son los genitales la única fuente de placer. El cuerpo está lleno de zonas con potentes terminaciones nerviosas capaces de provocar auténticos cortocircuitos orgásmicos y hacerte llegar al éxtasis sin ni siquiera rozar tus genitales. Pese a que la creencia impone la falsa idea de que tocando los genitales se obtienen las máximas sensaciones, todavía nos queda todo un mundo por descubrir en cuestión de zonas erógenas. Comenzando porque hay vida, y orgasmo, más allá de los órganos puramente sexuales. Y, además porque, valga la redundancia, cada cuerpo es un mundo. Descubrir las zonas erógenas de nuestra pareja o de nuestro propio cuerpo forma parte de las delicias del apasionante juego del sexo. ¿Sabes quiénes tienen muchos conocimientos sobre esto? Las escorts de lujo en Barcelona.
Incluso hoy en día se está poniendo de moda la cirugía genital que promete aumentar el placer sexual. Las tendencias actuales afirman que es posible aumentar el placer mediante intervenciones en los genitales femeninos, como las inyecciones de ácido yodhídrico en el punto G para engordarlo o el estrechamiento de vagina. Pero, al igual que los célebres alargamientos de pene, estas operaciones podrán tal vez incrementar unos grados el placer sentido, aunque realmente la principal fuente de sensaciones no es la genital sino que, según te diría una sexóloga, es la emocional.
El sexo es un juego excitante y maduro donde participan los escarceos. De la cabeza a los pies, nuestro cuerpo es una fuente de placer infinita. Y, para comprenderlo, ten en cuenta solamente que la erección puede producirse por un simple pensamiento. No es el pene lo que está excitado, aunque lo demuestre, sino la mente. Aumentan el pene y el clítoris durante la estimulación porque lo hace el riego sanguíneo de la zona. Pero de la misma manera sucede con otras partes del cuerpo, como por ejemplo, los pezones y la aureola. Esto sucede en la mujer pero también en el hombre. Besar, lamer, acariciar, hacer cosquillas y hasta mordisquear suavemente los pezones del hombre también le conducen al éxtasis.
Entre las principales zonas eróticas se encuentran la boca, la oreja, el cuello, el ombligo, la espalda, las nalgas, las caderas e incluso las rodillas. El hombre, por ejemplo, estalla de placer cuando la mujer sujeta y eleva sus caderas durante el acto sexual. Un hábito muy recurrente para calentar motores son los soplidos en el lóbulo de la oreja, así como el juego de las adivinanzas dibujando con el dedo sobre la espalda, que es una linda distracción romántico-sexual. Tampoco olvidamos el morbo inquietante que nos enseñan los vampiros, mostrándonos el arte de morder y chupar cuellos. Y de ahí, hacia abajo. Por eso, el juego de las cosquillas resulta ideal en el sexo. Ayuda a descubrir y estimular nuestro cuerpo, más allá de la zona puramente genital.
Y en cuanto a los genitales, veamos: el hombre adora que su pene sea centro de atención, pero no olvidemos los testículos y el ano, grandes centros de estimulación nerviosa que influyen en el orgasmo y en la eyaculación. En la mujer, el vello pubiano, el clítoris, los labios mayores, pero también los labios internos y externos, están hechos para el placer. ¿Quieres descubrir las zonas más erógenas de tu cuerpo y jugar a las cosquillas con las mujeres más espectaculares del sexo? Te lo ponemos fácil. Acércate a las escorts de lujo en Barcelona y temblarás de placer. Te aseguramos que desearás volver una y mil veces. Ningún hombre se arrepiente de vivir esta experiencia.