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¿Por qué la lencería es importante para seducir?

Poco nos podríamos imaginar cuando tenemos delante a escorts de Madrid o escorts de Barcelona sobre cuáles fueron los orígenes de la lencería. Y es que cuando se inventó, la lencería tenía una finalidad muy diferente a la que disfrutamos ahora. En contra de lo que se piensa, lo que más excita a un hombre no es una mujer desnuda. La excitación se multiplica cuando la mujer lleva una prenda sexy de lencería. Y es que la ropa íntima cumple un rol determinante dentro de la fase de ligue y de cortejo. Y si no, que le pregunten a una novia en su noche de boda cómo prepara con esmero su lencería. O a cualquier pareja, en especial, en su primera cita. Pero ¿por qué nos atrae tanto la lencería y a qué viene ese juego en el arte amatorio?

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La lencería se inventó con el objetivo de cubrir el cuerpo. ¿Quién podría imaginarlo teniendo en cuenta que en lo que pensamos, cuando estamos en plena sesión de sexo, es precisamente en destapar y descubrir la silueta? Las primeras prendas de lencería eran muy simples y se usaban para resguardarse del frío, además de para mantener una higiene más segura. Incluso era la religión la que animó a su creación. Sin embargo, los tiempos cambian y con ello, los usos y creencias de la gente. Hoy en día gastamos una fortuna en lencería. Cuidamos con minucioso interés esa parte de nuestra vestimenta. Desde el siglo XX, la lencería se hizo más fina y deseada.

La lencería aumenta la sensualidad de la mujer y aporta un toque excitante al encuentro sexual. Hay distintas razones por las cuales se aconseja o justifica el uso y cuidado de la lencería. La mayor parte de las razones son psicológicas, ya que vestir lencería aumenta la autoestima de la mujer que la lleva. Vestir lencería despierta los instintos sexuales de la mujer que se siente desinhibida, deseada y, de este modo, se ve más sexy y resulta más atrayente a los ojos del varón. La lencería refleja el estado emocional de la mujer. Una mujer tímida, salvo que esté dispuesta a vencer su timidez por una noche, nunca se atreverá a llevar una lencería atrevida o provocativa. Por eso el hombre, cuando observa a su chica en ropa interior, imagina las ideas tórridas que ella estará recreando en su cabeza al mostrarse tan bella.

En el sexo lo que importa no es el cuerpo, sino la actitud. Hay hombres y mujeres que no son especialmente atractivos pero despiertan un morbo inusual en el sexo opuesto. Al usar lencería sexy estás diciendo: “me siento sexy” y esto es un potente afrodisíaco. Además, la mujer que se atreve con la lencería, te comunica que si se ha atrevido a enjutar su cuerpo y enmarcar sus curvas en unas prendas tan reveladoras, qué cosa no estará dispuesta a hacer. A nadie se nos escapa que rara es la mujer que no se encuentra defectos físicos. Sin embargo, al llevar lencería cerramos los ojos al miedo y nos abrimos al disfrute y la libertad del placer.

Tampoco olvidamos que la lencería actual está especialmente diseñada para realzar los encantos femeninos. Debido a esto, los cuerpos se muestran en su esplendor, casi perfectos. Y echemos por tierra que el hombre las prefiere desnudas, pues en ocasiones, cuanto más ropa, mejor les parece, como es el caso de los baby doll. Lógicamente, jugando con las transparencias, los encajes y los múltiples diseños al gusto de la mujer y de la pareja. El sexo es juego y la lencería, al igual que un baile sexy, prolonga los momentos preliminares preparando nuestra imaginación para la máxima excitación de placer.