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Fantasías sexuales con putas Barcelona

Lo reconozcamos o no, todos poseemos fantasías sexuales. Algunas de ellas son más inocentes y otras más tórridas, incluso pervertidas o perversas, pero todas nos conducen a una misma meta: obtener el máximo placer sexual. Fantasías hay tantas como personas y es que cada uno de nosotros conformamos un mundo diferente, nos encontramos constituidos por un sinfín de circunstancias que determinan nuestra personalidad, nuestros miedos y nuestros deseos. Descubre los tuyos acudiendo a putas Barcelona. Todas las formas de excitación son lícitas siempre y cuando no caigan en ilegalidades, pero en el jardín del Edén de nuestras fantasías no existen límites a la persecución de los placeres más primitivos.

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Hombres y mujeres fantaseamos por igual; sin embargo, los estudios confirman que las fantasías de ellos son más directas, van al grano, se atañen a la cuestión del sexo puramente, mientras que ellas se recrean en los preliminares. Los varones sueñan despiertos con el momento del coito y del encontronazo sexual, mientras que las chicas fantasean con un príncipe azul, aunque dicho noble no sea precisamente azul, sino un musculitos adorable y encantador que entrega su reino a cambio de una noche de ensueño.

Por números, en España el 70% de los hombres y cerca del 50% de mujeres se abandonan en brazos del juego del pensamiento amoroso o sexual. Sin embargo, apenas el 45% de hombres y el 36% de las chicas deciden llevar esa fantasía al terreno de lo real. Y es que no es lo mismo imaginar que actuar. Nos falta valor y sentimos un enorme miedo a que nuestros deseos más íntimos terminen por frustrarse. Los expertos alertan, precisamente, del riesgo de no aceptar que la imaginación y la vida real constituyen terrenos separados y, aunque podemos realizar nuestras fantasías, no hemos de perder el norte. Hay que tener presente que dicho juego nos sirve para entretenernos y no para amargarnos.

Qué fantasean los españoles

Los hombres suelen imaginar encuentros calientes con la vecina o la compañera de oficina y se deleitan con su corta minifalda, que permite saborear sus encantos. También sucede que, en nuestros sueños, nos vemos con un físico mucho más potente. E incluso nos damos permiso para probar relaciones homosexuales, aunque en nuestra vida privada ni siquiera nos sintamos atraídos por personas del mismo género. Fantasear con la homosexualidad en absoluto significa serlo; simplemente, con ello, exploramos nuestra intimidad. Todo esto forma parte de ella y de esos tabúes que se han formado en torno a la sexualidad.

Las mujeres, a menudo, se visualizan siendo seducidas y mimadas por otras mujeres y es que, en el fondo, creen que solo alguien como ellas pueden entenderlas. En consecuencia, serían ideales para darles el máximo placer nunca imaginado. Los hombres sienten curiosidad por su género, aunque pocos lo reconocerán. En opinión de los expertos, fantasear sobre sexo demuestra que gozamos de una buena salud mental.

Ninguno olvidamos que la penetración es el broche al placer, pero optamos por realizar nuestro viaje al paraíso más caliente imaginándonos en un ascensor: con nuestro héroe, las chicas y con la fierecilla, los chicos. También nos vemos en una solitaria playa dejándonos acariciar por algo más que las olas del mar y el cosquilleo de la arena bajo nuestros cuerpos.

En cualquier caso, las fantasías son una medicina para los males de nuestro cuerpo y de nuestra mente, ya sea para desatar nuestros deseos más ocultos o para descubrirlos. Si aún no te has atrevido a probar el mundo de lo erótico, te invitamos a disfrutar del sexo más profesional e intenso con putas de Barcelona.